Mi escapada a la capital fue ya hace más de un mes pero no quería dejar de comentaros el bar de tapas de Chueca al que me llevo mi amiga, pequeñito pero muy coquetón. Cuando me decían que Madrid es sinónimo de tráfico insoportable no creía que fuera para tanto, pero sí, definitivamente tras ese fin de semana pude comprobar que ir al centro con el coche es un suicidio, es decir perder 2 horas enteras dando vueltas sin poder aparcar en la calle, pero tampoco en los parking porque están todos completos, y cómo puede ser, si hay mil!!! Y en Valencia creíamos que aparcar en el Carmen era difícil… ni punto de comparación…
Bueno, el sábado por la mañana decidimos dar una vuelta por el centro, y después de verlo todo, y cuando digo todo, es todo, hasta el mirador donde Cata esperaba al Duque en la famosa serie ‘Sin tetas no hay paraíso”, parecía que iba con mi entrenador personal, subiendo y bajando escaleras, cuestas,… pero por fin llegó olvidarse de la dieta e ir a picar algo por el famoso barrio de Chueca. Tengo que decir que me esperaba un barrio con gente más extravagante, más color, pero no sé si porque era de día pero no lo encontré así… Buscábamos un bar que ya había estado mi amiga hace un año, y al final cuando nos habíamos cansado de buscarlo, lo encontramos, un barecito que hacía esquina, como si de una casita de cuento se tratara, y exactamente así se llama ´La Casita’, en la calle Victor Hugo esquina Infanta.
Un bar muy agradable, chiquitín, pero acogedor y el trato estupendo. Y claro, en un bar de tapas, que íbamos a comer….pues de tapas!!! Dentro tienen dos pizarras en lo alto del bar donde puedes ver la carta y elegir entre tapas que son platos más pequeños y así puedes probar más cositas, o raciones que tienen más cantidad. Lo mejor de lo mejor, ensaladilla rusa, chistorra, croquetas, y el montadito de solomillo con queso brie….delicioso! Lo único que no repetiría serían las bravas, ya que allí no son con all-i-oli, si no con salsa brava y no estaban especialmente buenas.
Por la noche fuimos a un restaurante asiático donde son especialistas en comida japonesa, china y tailandesa. Situado en el barrio de Salamanca, Tao es un lugar con una decoración minimalista y donde se come muy bien. Habíamos quedado con unos amigos y como llegamos más de una hora tarde, pues ya habían pedido por nosotras, pero la verdad que todo estaba buenísimo, nos trajeron de entrantes unos rollitos, una brocheta de pollo con salsa de almendra, unas empanadillas… y no sé cuantas más cosas con varias salsas que estaban buenísimas. Para segundo, unos tallarines con gambas, en su punto, un plato sencillo pero con el que siempre acierto, hay que decir también, que en la mesa algunos se atrevieron con platos diferentes que tenían muy buena pinta… habrá que volver!!
